Conocer tus emociones más eficaz que cualquier dieta.
Noviembre 9, 2022.
Es bien sabido que el sobrepeso y la obesidad son un mal de nuestro tiempo, en la ultima década la población mundial se a encontrado inmersa en una verdadera epidemia de sobrepeso, nunca en la historia evolutiva de la humanidad este fenómeno se encontró tan extendido. La obesidad no respeta edad, raza, genero, o condición social. Pero detengámonos un momento, ¿será que los problemas de peso son en realidad un síntoma o la expresión de algo menos visible? Este nuevo estilo de vida nos aporta nuevas exigencias y nuevas carencias. Se nos imponen modelos de belleza y éxito, muchas veces irreales. Esto tiene como consecuencia sentimientos de frustración y tristeza, que casi siempre al tratar de ser subsanados por el individuo puede llevar a conductas nocivas, como convertirse en un usuario de la Alimentación Emocional. La alimentación emocional es definida por Faith, Allison y Geliebter (1997) como: comer en respuesta a una serie de emociones negativas como la ansiedad, la depresión, la ira y la soledad para hacer frente al efecto negativo. Desafortunadamente el individuo inmerso en la vorágine del día a día no se percata de la situación real del problema y busca soluciones a sus problemas de sobrepeso en dietas ineficaces o visitas esporádicas al gimnasio, lo que acarreara mas frustración y ahonda el problema. De tal modo que, solamente al conocer las factores emocionales que intervienen en la alimentación se pueden reforzar los hábitos saludables que permitan controlar el peso (Sánchez & Pontes, 2012). Lo que nos lleva a la conclusión de que, debemos atacar el problema de raíz, acceder a una cultura nutricional, dejar la vida sedentaria pero sobre todo atender desde el punto de vista de las emociones y con ayuda profesional la sobre ingesta de alimentos hipercalóricos.
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